La Creación
— Se describen los hechos de cada día de la Creación.
— Dios
crea al hombre, varón y hembra, a Su propia imagen — Se da dominio al hombre
sobre todas las cosas, y se le manda multiplicarse y henchir la tierra.
En el principio creo Dios
los cielos y la tierra. Y la tierra estaba desordenada y vacía,
y las tinieblas estaban sobre la faz del abismo, y el Espíritu
de Dios se movía sobre la faz de las aguas. Y dijo
Dios: Haya luz, y hubo luz. Y vio Dios que la luz era buena, y separo Dios la
luz de las tinieblas. Y llamo Dios a la luz Día, y a las
tinieblas llamo Noche. Y fue la tarde y la mañana el día
primero.
Y dijo Dios: Haya un firmamento en
medio de las aguas, y separe aquél las aguas de
las aguas. E hizo Dios el firmamento, y separó las aguas que
estaban debajo del firmamento de las aguas que estaban sobre el firmamento. Y
fue así. Y llamó
Dios al firmamento a Cielos. Y fue la tarde y la mañana
el día segundo. Y dijo Dios: Júntense
las aguas que están debajo de los cielos en un lugar,
y descúbrase lo seco. Y fue así.
Y llamó Dios a lo seco Tierra, a la reunión
de las aguas llamó Mares. Y vio Dios que era bueno.
Y dijo Dios: Produzca la tierra
hierba verde, hierba que dé semilla; árbol
de fruto que dé fruto según
su especie, que su semilla esté en él,
sobre la tierra. Y fue así. Y produjo la tierra hierba verde,
hierba que da semilla según su naturaleza, y árbol
que da fruto, cuya semilla está en él,
según su especie. Y vio Dios que era
bueno.
Y fue la tarde y la mañana
el día tercero. Y dijo Dios: Haya
lumbreras en el firmamento de los cielos para separar el día
de la noche; y sean por señales, y para
las estaciones, y para los días y para los años;
y sean por lumbreras en el firmamento de los cielos para alumbrar sobre la
tierra. Y fue así. E hizo Dios las dos grandes
lumbreras: la lumbrera mayor para que señorease en el día,
y la
lumbrera menor para que señorease
en la noche; hizo también las estrellas. Y las puso Dios en
el firmamento de los cielos para alumbrar sobre la tierra, y para señorear
en el día y en la noche y para separar la
luz de las tinieblas. Y vio Dios que era bueno. Y fue la tarde y la mañana
el día cuarto. Y dijo Dios: Produzcan las aguas seres vivientes, y aves que vuelen
sobre la tierra en la abierta expansión de los
cielos.
Y creó Dios las
grandes ballenas y todo ser viviente que se mueve, que las aguas produjeron según
su especie, y toda ave alada según su especie. Y
vio Dios que era bueno. Y Dios los bendijo, diciendo: Fructificad y
multiplicaos, y henchid las aguas en los mares, y multiplíquense
las aves en la tierra.
Y fue la tarde y la mañana
el día quinto. Y dijo Dios: Produzca la
tierra seres vivientes según su especie: bestias,
y serpientes y animales de la tierra según su especie. Y
fue así.
E hizo Dios los animales de la tierra
según su especie, y ganado según
su especie, y todo animal que se arrastra sobre la tierra según
su especie. Y vio Dios que era bueno.
Y dijo Dios: Hagamos al hombre a
nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza; y tenga dominio sobre los peces del
mar, y sobre las aves de los cielos, y sobre las bestias, y sobre toda la
tierra y sobre todo animal que se arrastra sobre la tierra.
Y creó Dios al hombre
a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón
y a hembra los creó.
Y los bendijo Dios y les dijo Dios: a
Fructificad y b multiplicaos; y henchid la tierra y sojuzgadla; y tened dominio
sobre los peces del mar, y sobre las aves de los cielos y sobre todas las
bestias que se mueven sobre la tierra.
Y dijo Dios: He aquí
que os he dado toda hierba que da semilla que está sobre la faz
de toda la tierra; y todo árbol en que hay
fruto de árbol que da semilla os será
para a comer.
Y a toda bestia de la tierra, y a
todas las aves de los cielos y a todo lo que se arrastra sobre la tierra, en
que hay vida, toda hierba verde les será para comer.
Y fue así.
Y vio Dios todo lo que había hecho, y he
aquí que era bueno en gran
manera. Y fue la tarde y la mañana
el día sexto.
Se
termina la Creación
— Dios descansa el
séptimo día
—
Se explica la creación
espiritual previa — Adán y Eva son puestos en el Jardín
de Edén —
Se les prohíbe
comer del árbol de la ciencia del bien y del
mal — Adán da nombre a
toda criatura viviente — Jehová Dios une a Adán
y a Eva en matrimonio.
Y FUERON acabados los cielos y la tierra, y todas las huestes de ellos. Y
acabó Dios en el día
séptimo la obra que había
hecho, y reposó el día séptimo
de toda la obra que había hecho. Y bendijo Dios el día
séptimo y lo santificó,
porque en él reposó
de toda la obra que había creado y hecho.
Éstos son los orígenes
de los cielos y de la tierra cuando fueron creados, el día
en que Jehová Dios hizo la tierra y los cielos, y
toda planta del campo antes que fuese en la tierra, y toda hierba del campo
antes que brotase; porque aún no había
Jehová Dios hecho llover sobre la tierra, ni
había hombre para que labrase la tierra;
sino que subía de la tierra un a vapor que regaba
toda la faz de la tierra. Y Formó, pues, Dios al
hombre del polvo de la tierra y sopló en su nariz el
aliento de vida; y fue el hombre e alma viviente.
Y había Jehová
Dios plantado un huerto al oriente, en el Edén, y puso allí
al hombre que había formado. Y Dios hizo de la tierra todo
árbol agradable a la vista y bueno
para comer; también al árbol de la vida
en medio del huerto, y el árbol de la ciencia
del bien y del mal. Y salía del Edén
un río para regar el huerto, y de allí
se a repartía en cuatro brazos.
El nombre del primero es Pisón;
éste es el que rodea toda la tierra
de Havila, donde hay oro; y el oro de aquella tierra es bueno; hay allí
también un bedelio
y ónice. El nombre
del segundo río es Gihón;
éste es el que rodea toda la tierra
de Etiopía. Y el nombre del tercer río
es Hidekel; éste es el que corre al oriente de
Asiria. Y el cuarto río es el Éufrates.
Tomó, pues, Dios al
hombre y le puso en el huerto de el Edén, para que lo
labrase y lo guardase. Y mandó Dios al hombre,
diciendo: De todo árbol del huerto podrás
comer; mas del árbol de la ciencia del bien y del
mal no comerás, porque el día
que de él comieres, de cierto morirás.
Y dijo Dios: No es bueno que el
hombre esté solo; le haré ayuda idónea
para él.
Formó, pues, Jehová
Dios de la tierra toda bestia del campo y toda ave de los cielos, y las trajo a
Adán para que viese cómo
las había de llamar; y lo que Adán
llamó a los animales
vivientes, ése es su nombre.
Y puso Adán
nombre a toda bestia y ave de los cielos y a todo animal del campo; mas para Adán
no se halló ayuda que fuese idónea
para él. Y Dios hizo caer un
sueño profundo
sobre Adán, y éste se quedó
dormido. Entonces tomó una de sus costillas y cerró la carne en su
lugar; y de la costilla que Dios tomó del hombre,
hizo una a mujer y la trajo al hombre. Y dijo Adán: Ésta
es ahora hueso de mis huesos y carne de mi carne; ésta
será llamada Varona, porque del varón
fue
tomada. Por tanto, dejará
el hombre a su padre y a su madre, y se allegará a su mujer, y
serán una sola carne.
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